25 de abril de 2007

FLIPPER






FLIPPER

"Escribir un poema se parece a un orgasmo"Ángel González.



Escribir un poema
es como competir en el flipper.
Con frenesí de jugador,
que la bola no se caiga por el agujero.

Con un leve movimiento de caderas
que sinuosamente
dibujan un ocho.

Es casi (se parece)
una danza árabe.
Abajo.
Arriba.
Costado
Costado.
Las manos vuelan,
dibujan
se transmutan en palomas
caen al vacío.

El cuerpo vibra
al son de la música
que silba en nuestra mente
y solo nosotros percibimos.


Es más que un orgasmo,
Son dos, tres, cuatro orgasmos
en la misma página desnuda.
Espasmódico, violento,
sensual.

El poeta, no siente el frío
ni el calor,
lo describe.
Recorta en frases su infinito
caos universal
que espera ver la luz,
tras la mancha de letras oscuras
sobre el papel en blanco.

Escribir es la repetición
de antiguas ceremonias
con piadosa ingenuidad.

Un rito,
Un grito.
Un refrito.
Un bendito
plagio.
Una falsificación anodina.
Una acción trivial
que convertimos en sagrada
por equivocación,
por necesidad arrogante,
por devastar la
falta de crédito
cuando se acaben las fichas
que nos permitan
seguir pasando el rato
con felicidad de opulencia
en el flipper.

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