9 de mayo de 2007

EL DARDO.





EL DARDO.

Cuando una halla la religiosidad,
lo infinito,
la fe en el amor,
enseguida se anotan las Iglesias
para hacer su agosto,
los fatídicos gurúes,
los profetas de tarifas inescrupulosas.

Después, esa gente
te vende un seguro,
por si quiebra tu compañía de seguros
y te planta sus séquitos dorados.

Como estos viles
tampoco tienen pensado abdicar
por el momento,
tendremos que seguir manteniendo
patronatos, templos, imperios, reinos
de cultores de la miseria.

Entonces, quiero pegarle
a una rica heredera desconocida,
que va por las calles,
mostrando cruces de plata,
ufana de sus limosnas.

Detesto a los poetas profanos
que estiman la belleza
como si fuera un mérito
o un atributo de Dios.

No es que desprecie
su presunta elegancia
de conducta intachable
o su refinada parsimonia.

No es que señoras como esas
sean malas o tontas.
¿Por qué iban a serlo?
Les tocó andar por la vereda del sol.
Hablan idiomas,
lucen brillantes cabelleras
tratadas con buenos productos
desde sus nacimientos en cuna de oro.

Para ellas, el otro, los otros,
son apenas rodamientos útiles,
conejillos de indias de evolución transitoria,
mano de obra barata, confinados clientes,
público manso que las aplaude sin cesar.

Lo que me ocurre
es que nunca se cuestionan
la desigualdad.
Sus cenas de gala
para tristes caridades
alimentarían ejércitos.

No hay extrañamiento
en su rostros estigmatizados
por la prejuiciosa civilización.
Ellas sostienen el sistema.

No se incomodan ni exasperan
porque no hay necesidad.

Son especies diferentes de nosotras.
Se proclaman nobles Venus,
Hetairas superiores.

Escapan espantadas
si se las encara de frente,
aúllan de dolor
si se las denuncia por hipócritas y ladinas.

No entienden
y sollozan injuriadas
llamándonos: resentidas,
mientras sus caballeros
las consuelan
con vanagloria de sultán
y tesoros conseguidos
por apropiación viril.

No le es dado comprender
que cada cual
defiende lo suyo;
y nuestra supervivencia
depende de este grito ahogado
que lanzamos como un dardo
por no descuartizarlas.

6 comentarios:

Mariano H Corujo dijo...

es una oda a Dardo Rocha o a Dardo Ferrari?

Anónimo dijo...

Sra L.A.F no sabia q era ud tan culta, me gusto mucho su poesia.
Me gusta cuando hace comentarios en el blog de Gillespi y en lo de Tamara.
Me dio curiosidad y entre a ver.
Otro dia con mas tiempo sigo chusmeando en su blog.
Cariños de Analia Soledad....cuidadana de la Republica Autonoma de Bloguetia.

Luci dijo...

Gracias, Analía.
Mariano: esta no es una oda a Dardo Rocha ni a Dardo Ferrari, es una oda a Dardo Lores de Cabezas.

Anónimo dijo...

JUJUJU

Lucy in the sky with diamonds dijo...

No conozco a dicho Dardo. Me gusta conocer nuevos escritores.
Voy a tomar su recomendación y lo agradezco.
Ahora estoy terminando de leer "La Reina del Sur" de Arturo Perez Reverte. Una delicia.
Saludos!
Lucy.-

Anónimo dijo...

Lucía esas señoras también tiene derecho a ser imperfectas. Imaginá que no hicieran ni siquiera el banquete de gala en donde comen salmón, caviar y pavo para comprar arroz, fideos y polenta para los pobres. ¿No es cierto que serían peores?.
Conozco algunas que hacen muchas cosas pero no lo andan diciendo por ahí, ni salen en los diarios. También hay de las otras.
Me gusto la composición, pero no concuerdo con el tema.
Igual respeto tu pensamiento. Tal vez esté basado en tus propias experiencias personales.
Ahora me hacés pensar, cuándo hice yo por última vez algo por los demás... mmm....