29 de mayo de 2007

LA BANDA DE MOEBIUS





La banda de Moebius.







Jean Giraud.




Las aventuras del teniente Blueberry
te esperaban a la vuelta de la calle
con una sola cara,
dibujada en infinito.
The long tomorrow era un juego de niños
donde un alien miraba curioso
mi tiempo futuro.
No sabía de tebeos ni de tinta china
hasta el día en que tu mano
me dibujó
siguiendo La ruta de Coronado.
Mecenas del
Chihuahua pearl.
¿Por qué no me dijiste
qué escondías en tu Garaje Hermético?
¿o que eras un Antihéroe
que salvaría mi universo?
Luc Beson abre puertas,
abrelatas de ciencia ficción,
en un dos por cuatro
acompasado
en caballeros medievales
de semblante mineral,
pasos de baile apremiantes,
leyendas del oeste,
ciudades y paraísos artificiales.
Tú Soluna:
Nuevo Señor de la galaxia.
Vigilante de las estrellas.
Ilustrador de alquimistas
y viajeros del tiempo.
Andrógino perfecto
de los jardines de Edena
prolíficos y copiosos
estás mirando desde tu ventana
la enredadera de mis músculos,
el nervio que me recorre
espeso,
buscando la memoria de mi alma
en la portada de un vinilo
de Jimmy Hendrix
o en un callejón sin salida
que termina en el tintero
de alguna vereda incierta.

2 comentarios:

Vill Gates dijo...

Esa cinta siempre fué mi asombro desde chico. Jugaba mentalmente con la infinitud, hasta que creí haber encontrado la respuesta de su aparente sisnsentido, estaba ahí, entre mis ojos y el corazón.

Los Sabinianos Sonybemegenses no te visitan hoy?

Soy el único privilegiado?

Saludos, Lucía.

Luci dijo...

hola vill_ : en efecto, se aburrieron de mentir y bastardear a la musa. Además ya les estaba costando caro.

La respuesta está aquí, en la banda de Moebius digo todo.

Cuando dijiste que "María de la Tierra" te superaba lo entendí como un elogio, no como que no habías podido entender su sentido del absurdo.

En este poema hay cien jeroglíficos de los que probablemente entiendas unos pocos, pero eso no invalida la obra literariamente. ¿O sí?

Dios dirá.
¿Sos un niño, no?
Porque ya dijo el general, que en este país los únicos privilegiados son los niños. Y yo le hago caso. Escribo para ellos.