30 de junio de 2007

Los colores (Acuario...)




Los siguientes poemas forman parte de mi libro: "Acuario Plateado por la Luna", y no se me ocurre otra cosa apta para acotar a esta (iba a decir remarcable, pero la RAE no aceptó todavía la palabrita)... "remarcable" obra "Desnudo en la playa" de Giorgio de Chirico.



LOS COLORES.

“Los colores se acurrucan
en las entrañas de las cosas” Jorge L. Borges.


Cada semana
los colores se acurrucan temblando en las entrañas de las cosas.

La mujer de agua los libera de su exótica posesión.
Los colores se persignan
y combaten en la retaguardia.
Aprietan sus modestas alternativas,
resisten y sucumben al paso del tiempo,
al frío, al calor,
gobiernan los sueños, sin excusas,
habitan la tierra y las olas,
el cielo y la ultratumba,
nacen desde la música,
meriendan con un sol imaginado
y tratan de escapar.

Rendidos, se dejan ir.
Y cierran nuestros párpados
con inexorable puntualidad inglesa.





LA MUJER DE AGUA.

¿Qué otra felicidad tu violencia pretende?
Louis Aragon.


El cielo espesa la calma.
Violentos ronroneos de gatos salvajes
cesan y murmuran.

La mujer de agua cruza la aurora.
En su pupila resplandece
todo el oro del mundo.
Un rayo de luz atesorado en el pelo
derrite lentamente su lágrima crepuscular,
acorralada en cuerpo.

La mujer de agua
arranca las violetas del pozo
de la sombra.

29 de junio de 2007

PUESTA DE SOL


PUESTA DE SOL.


A medida que nos hacemos más sabios
se evapora el diluvio
de nuestra memoria lingüística.

Caudal sin lecho ante la luz,
timonel perdido en la irreligiosidad
narcótica de borrasca,
que nos eyecta y nos anega
hacia un Dios, que antes fuera:
innombrable/
inmarcesible/
inenarrable/
ineludible/
inefable/
inaccesible/
in-contemplable/
inexplicable/
insustituible/
ineluctable/
insospechable/
insondable/
insolente
e
inasible
y ahora,
es apenas,
puntual nube de paso.

Acaso el miedo
resida en la palabra
y no en la puesta de sol.

28 de junio de 2007

PREÑADA



La esperanza. Gustav Klimt (austríaco 1862-1918)





PREÑADA



Preñada en la alborada de una estrella,
bogante en consanguínea catadura
de cabellos tronantes su apostura
y el vientre virginal de joven bella,

la muchacha que es madre de una huella,
ligada a pinceladas su hermosura,
aguarda y almacena en su cintura
el puro porvenir que ya no es de ella.

La trágica comedia de los sueños
en huesos de pequeña dios mortal,
no admite taraceas de bargueños.

Lo simple de su tanza soportal,
acecha Gustav Klimt en sus empeños
de abrazos a una madre de postal.

27 de junio de 2007

CUATRO HAIKUS o un HAIKAI.


1.

Me ha herido un pétalo,
tu amor se hizo rasguño.
La noche cuela.


2.
Barco pirata,
la rueca de un molino
en la cabeza.


3.
Azúcar negro,
el invierno en mi pecho
riela que riela.


4.
Norte horizonte,
el cielo nos alcanza
en dulce espera.

DESCONSOLADAMENTE





Desconsoladamente.

A Jacques Derrida Safar (15 de julio de 1930 — † 8 de octubre de 2004), francés nacido en Argelia.


Infancia.


Des
con
Sol
(h)ada
mente.



Juventud.


Des
consola
/Con
Sola/
Da
Mente.


Adultez.


Desconsolad
Amen
Te.


Muerte.


Desconsolad
Amén
Te.
---

PLAZO


PLAZO.

A Pancho.


Somos inmortales.
Nuestro tiempo existencial
expira al nacer.

La fontana de los antepasados
humedece la espalda de la civilización,
pulsa el halo de la Historia
y se acalla rigurosa

en el diálogo final
de un plazo perentorio.


La aguja del reloj
se detendrá
con tu último latido
y, a pesar de todo,
los muertitos vestidos de blanco
te darán la bienvenida en la terraza.

26 de junio de 2007

NERVIO




NERVIO


¡Oh! Impulso de callar;
sapiencial impulso vocativo.

Nervio que no apagarás
con sílabas arrebujadas
como granos de choclo en la mazorca;
combate entre la mente y el cuerpo,
que termina a modo de guerra,
en bombardeos y explosiones inútiles.

¡Oh! Impulso de callar;
debilidad de los aficionados.








Poema extraído del libro "Retablo de duelos", publicado por Editorial Dunken.

OTRA CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA.


Danae, de Tiziano Vecellio.

OTRA CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA.



Hace frío aquí.
Abrumador frío de muerte.
Hay extraños vientos en la penumbra.
Las ventanas están cerradas.
Las puertas no.
Jadean chirridos intermitentes
de ángeles caídos.
Puedo sentir tu respiración sofocante.
Fue un día duro para los decepcionados asesinos
de Rìo Cuarto o de Las Vegas.
Vivir es riesgo.
Morir es riesgo.
Lo interesante es descubrir el porqué
y festejar en silencio.
Las huellas digitales se borran con el tiempo.
Las cicatrices se confunden con arrugas.
Ni Jesucristo en domingo.
Ni Judas por treinta dineros.
Apenas una canción.
Crudas palabras
de un tedio intragable.
Letras deshechas
y un toque de queda.

RELIGIONES.


Amadeo Modigliani. Anna Andréievna Gorenko Ajmàtova.


RELIGIONES.


Un templo, una mezquita,
gran catedral,
iglesia en pueblo chico
infierno grande,
una cruz en el ojal,
diario íntimo de cena con compadres
y bautismos
Abrazos in-finitos.
Un rosario
en lo profundo de la calma.
Aniversario de díscolos contantes,
que siempre mueren de elemental olvido.
Sin embargo, tu nombre,
reluce en las aceras,
entre charcos y baches,
cimarrones amargos,
y el sutil desnudo que tu boca exhibe
se viste de hojas de otoño
hirsutas y grises.
Amsterdam era el sueño heroico,
donde falla la memoria
-no estoy segura del eco
de la pompa-
Recuerdos sin corbatas
de inéditas baladas,
perdidas en los infiernos
de...
(adivinen ustedes el resto).

Pero, seguiré intentando
para no parecerme a la más fea,
a la más tonta,
para dejar un camino
con el polvo de mi marca.
Hay tardes (en) que me vence la desesperanza.
Todo fue dicho.
Solamente puedo
glorificar los poemas ajenos:
Hoy nada cambia,
porque todo cambió
el día que te fuiste,
que te escapaste
para ser precisa,
de mi insensata locura
esdrujularia
de bodas zulúes,
y baños de espuma
que sanaran las sangrías,
de un pasado en donde
escribimos la misma
deleznable página
e idéntico sopor.




Francis Bacon. Mujer reciclada.

24 de junio de 2007

LAS TRES GRACIAS




LAS TRES GRACIAS.

¿Quién nos iba a decir que estas tres gordas,
con cuerpos excedidos de volumen,
redondas y matronas,
virginales pergaminos en cueros
de otros tiempos,
tres hijas del gran Zeus, conquistadoras
de júbilo, intuiciones y abundancia,
provocarían asombro
por lo bellas?

¿Quién nos iba a decir que convulsivas
las crestas del Simún
entre sus flancos,
cubiertos con un velo transparente,
silvestres lencerías perturbaran?
¿Quién acaso sabía que los poemas
los cuadros más hermosos, los descuentos
de pírrica diletante apiadaran
los caprichos del hombre arrebatado?

Quizás un día logren las tres Gracias:
Aglaya joven,
Talía coronada,
Eufrósine reinante,
presidiendo banquetes con sus formas
la incólume elegancia de modelos,
y de consuno en una danza fértil,
vencer la mala prensa
y destronarla.

23 de junio de 2007

VENUS Y LOS DOS CUPIDOS.


VENUS Y LOS DOS CUPIDOS.

Andrea del Brescianino.



Hasta aquí has de llegar,
dijeron dos enanos,
dando trasgo
a la Venus de cimbreante cadera,
a la elevada,
dos flechas de Cupido interrumpieron
su paso germinal,
su espumadera.
El asno de oro
de Apuleyo
despeja una incógnita
y acierta.
Los cónicos pechos de Madonna,
fotógrafa locuaz de nuestra era,
la luz del parvo vientre
agigantado,
dos mil años retrasan en la espera.

HÉCTOR YACIENTE



Hèctor, personaje de la Ilíada, pintado por Jacques Louis David.




HÈCTOR YACIENTE.

Héctor yace atado por tobillos,
al carro de la gloria
del Pelida
y en su último aliento
lo maldijo.
Este Cristo invertido y lacerado
nos recuerda lo inútil de su guerra
anticipando el rumor de toda muerte,
vahído y sombra del presente arte,
repugnante negrura
donde el sexo es la abrupta calavera,
la cruz condenatoria,
sabedora invisible
del músculo tensado en la tragedia.

22 de junio de 2007

CALAMIDADES





CALAMIDADES.



La espiga de la calamidad me ha derrotado.
Uno se apropia de lo ajeno perdiendo lo suyo

que es el propio propio,

su piélago de desdicha en las trincheras.

La vicisitud de pisar el suelo que piso
donde ya no es posible
que se evada la muerte.





Poema perteneciente al libro "Retablo de duelos".

21 de junio de 2007

LA PERSISTENCIA DE LA MEMORIA.





La persistencia de la memoria.



Un toro masturba su inconsciente solitario.
La langosta vestida de Gala
besa su reloj chorreante de 7 menos cinco.
Dos ausentes presentes.
Duro y blando.
Las cucarachas de Port Lligat
lejos del mar de mujer de roca madura
veneran a los dioses de la lenta satisfacción.
Serán las únicas que los sobrevivan
cuando todo termine en calas,
después de la persistencia de la memoria.



ALEJANDRA






Venus en el espejo, de Velázquez.



Este cuadro, sutil y polisémico trajo a mi memoria el recuerdo de un poema que dediqué a la desaparecida poeta (mi vecina de Avellaneda) Alejandra Pizarnik, hace pocos años, en el Centro Cultural que lleva su nombre.





ALEJANDRA.



"Y además me recuerda
que no puedo
hincar el diente en lo concreto"
Alejandra Pizarnik.


Recorro el camino hacia tu blister
como una caracola perturbada,
centímetro a centímetro;
subo la escalera en un solo pie
y en esos labios-ventosa soy
el ángel montado
a la grulla de un zapato.

Alejandra, muñeca de trapo,
aro de papel fantasía,
me dio el boleto de ida
al cajón singular
con que apedreas mi armadura
en días como éstos.

20 de junio de 2007

PICASSO-NUDE.



(Imagen suministrada por el blog de Marcelo Moreno, para su propuesta literaria: El desnudito de hoy).


PICASSO-NUDE.

Hay un verde que no es verde,
es amarillo,
una mujer sentada en su decúbito,
dos pechos que son ojos
de mirar esta vida de costado.
La belleza inaudita de una axila
me recuerda que debo depilarme
del mundo y sus confines.
Descalza,
culo al aire,
pecadora,
Picasso es un espejo de mi misma.
con trazos afiebrados,
desnudeces,
con cincel de escultor
en gris y blanco,
la sombra de una luz
que regurgita
el esplendor de una melena
calva.

19 de junio de 2007

Don Abelardo


"A Julio Cortázar,
a usted, Borges.
y perdón si los salpiqué"
Abelardo Castillo.




Don Abelardo:

Usted no me conoce. Bueno, sí me conoce, pero no personalmente. Se acabó lo que se daba. ¿Para qué andar con vueltas? Se lo diré de una: Vine a matarlo.

Hace tiempo que me viene rondando la idea asesinar a uno de los suyos, por motivos que ya le explicaré. Quiso la Virgen que me contaran donde vivía y a qué horas estaba solo. Y es usted, don Abelardo, el anillo de mi dedo, porque fue un sádico ejecutor de la cofradía de los borrachos útiles.

Mi pistola está cargada, y como quizás pudo advertir apunta directamente a su pecho. No intente convencerme, porque mi decisión es irrevocable. Lo tengo todo planeado, enseguida le explico. Primero, le colocaré la cinta adhesiva amordazando su boca, viejo; y estas esposas nuevitas que compré a un jefe pandilleros, que trabaja de patovica en un boliche, para la ocasión.

No crea que se la va a llevar así de arriba. De ninguna manera. Tiene que comprender los motivos que me impulsan porque de lo contrario este crimen, que quedará impune -no se impaciente, ya verá que todo está bajo control-, este crimen no tendría sentido alguno y solamente ocuparía un par de días la primera plana de algún diario, con el deshonroso título de: "Presidenta (no se enfade, que los diarios escriben así, todo mal y a la que te criaste cuando se trata de estas noticias de policiales), Presidenta del Club de Admiradores..." Como podrá imaginar, una persona que gozó con su literatura y que admira a los escritores tanto como yo no debe caer en algo tan trivial como eso.

Mi delito tendrá motivos suficientes (móvil justificado), no habrá pruebas en mi contra y quedaré exenta de culpa y cargo. Lo digo no por copiarme del final de uno de sus cuentos sino porque ya se sabe, es lo que ocurre siempre en nuestro bendito país.
No tendría que decir bendito, lo sé. Tengo 69 años y todavía vivo en la Villa de Retiro. Trabajé toda mi vida como empleada doméstica y nunca pude comprarme una casita. Pero, qué le cuento si usted debe acordarse bien qué pasó en los últimos lustros.

Ya sé que quiere hablar pero no puede, don Abelardo, y yo tampoco puedo quitarle la cinta, hasta que lo mate porque si gritara terminaría mal el plan que se me ocurrió.

Empiezo por el principio, si me permite: la señora de la casa donde yo trabajaba tenía mi misma edad. Murió hace dos meses. Ella era una buena persona, dicen, y como no podía pagarme mucho me enseñaba a leer y me prestaba libros. La mayoría, me los compraba yo, en los remates de Corrientes. No tengo jubilación, los hijos de la señora ya vendieron el departamento y me quedé otra vez sin un baño decente. Pero no es por estas razones que vine a matarlo.
No.

Ocurre que hace muchos pero muchos años yo me enamoré de otro como usted, parecido... vamos... casi su símil o su alter ego. Leía todos sus libros varias veces, anotaba las palabras que más me conmovían.
Después él murió de neumonía y yo traté de olvidarlo como pude. Aunque la foto suya me lo recordó de inmediato.

Ahí viene su intervención, en esta historia.
Cierta vez, me di cuenta de algo sorprendente.
Fue justamente una tarde que al finalizar un cuento suyo, usted decía exactamente lo mismo que yo venía escribiendo hace tiempo. Era algo sobre el resentimiento, que tiene categorías, cosas muy sesudas que uno se pregunta. a veces, de dónde sacan los escritores estas cuestiones. Sin embargo, aquí el shock fue enormísimo porque, don Abelardo, yo siempre le leía las cosas que escribía (mis malos apuntes) a la señora Matilde, antes de que pasara a mejor vida. Muchas noches cuando terminaba algo que me parecía bueno, me iba a un locutorio y llamaba por teléfono a mi patrona, y ella me halagaba, muy bien Eladia, muy lindo. Casi siempre me decía te pasaste, Eladia, te pasaste. A mi me daba mucha vergüenza porque eso significaba que la señora me me quería un poco o por lo menos me apreciaba.

No es fácil vivir en este asentamiento, porque aquí no hay amigos que valgan. Primero la subsistencia y además ¿con quien iba yo a hablar de cuentos fantásticos en mi barrio donde lo más fantástico es despertarse al día siguiente?
Ahora bien, no se sulfure, don Abelardo. Todo lo que le digo es la pura verdad. Usted tiene la culpa de que yo venga a matarlo, hombre.
Verá. Esa noche, cuando me babeaba con su libro de Las panteras y el templo, encontré Una flor es cosa de siglos y ahí me di cuenta de todo. Al principio ni lo noté de tan fascinada que me tenía la lectura, pero cuando llegué a eso de que cuando usted, escribe un mal cuento se compra un buen traje no tuve más dudas.

Usted, Castillo, trabajaba para los servicios de inteligencia y me espiaba. Era uno más de los que me espiaban. Ese cuento, Castillo, reconózcamelo no es suyo. Es mío.

Usted y sus delfines de La cuarta pared me lastimaban con su indiferencia y su voyeurismo profesional y yo empecé a planificar cómo terminaría por asesinarlo la primera vez que terminé los Cuentos Completos, que le editó Alfaguara.

Tengo que confesarle esto porque de lo contario me muero si no lo hago.

No había leído nada suyo con anterioridad, aunque conocía bien su nombre y apellido por los diarios.
Tengo ese defecto presuntuoso y borgiano, que me inculcó la difunta, Dios la tenga en la gloria y no la deje bajar, y fue el de leer a los autores que ya tenían categoría de clásicos.
Entiendo que fue un error. Habría comprendido muchas verdades si me hubiera dedicado más a los contemporáneos.

Pero ¿sabe? cuando una ama lee y ama. Y yo no tenía ojos para los muchachos que tiraban letras en revistas de moda. Para eso estaba yo escribiendo mis papeles y dándoselos a corregir a doña Matilde. Vieja ramera, la difunta. Ella le pasaba a usted mis cositas y usted, las limaba un poco y las publicaba como propias. Yo las había escrito antes y usted se hacía famoso, cobraba derechos de autor, lo invitaban a fiestas paquetas y podría viajar a conocer al Papa o salir con las chicas de la tapa de Playboy si le daba la gana.

Usted pensaba que yo era una especie de tilinga de la villa, que podría burlarme y todo eso.
Usted y los delfines, los Fernández, los Martínez, los López...

Me los conocía como a la palma de mi mano. Me perseguían y cobraban buena plata por hacerlo.

Y yo seguía planchando, cocinando y barriendo la mugre de la señora Matilde, que me regalaba los vestidos que ya no le cerraban porque engordaba como una chancha renga y me decía: "Eladia, seguí escribiendo... que algún día..." Zorra de mierda. "Seguí participando" y ya vas a ganar, como la raspadita que nunca repartió un premio en la villa.
Algún día... también a ella tuve que matarla.

Usted comprenderá que no se la tenía que llevar de arriba. ¿Cómo podría haber adivinado que yo, Eladia era "su" Laura? Y remarco el "su" con los dedos, como hacen ahora los pseudointelectuales que dan cátedra, como si dibujara comillas en el aire, aunque ya sé que no me está viendo, don Abelardo.
"Estás delirando, Eladia", me decía cuando le contaba mis sospechas, "Tomate las pastillas" y se cagaba de risa..
Me quería mandar a ver a un psicólogo que aparece en televisión y que también escuchábamos por radio.
Hasta que aquella noche, ya trabajaba con cama adentro, el socio del Licenciado dijo socarronamente en su programa diario: "A mi la cotidianeidad no se me hace rutina" , frase que acuñé hace años, como le consta. Yo me puse de pie a al lado de la Matilde que ya estaba postrada por la gordura en ese tiempo y dije:
-¿Así que vos...?
La tuteé por primera vez y ella entendió perfectamente que la estaba vacilando. La cara de la canalla se transformó en horror.
No soy tonta y largué una carcajada. La pobre creyó que me había prestado a una broma sin consecuencias y se entregó a los brazos de Morfeo.
De ahí a cambiarle la medicación por aspirinas hubo un santiamén.
A la semana la estábamos velando. Tuve la precaución de hacerle tragar los remedios pertinentes unas horas antes de que dejara este mundo. Se los di bien disueltos con las últimas gotas de té, por si le hacían una autopsia.
¡Qué le iban a hacer! No le hicieron nada y los hijos andaban exaltados (no digo contentos) porque el departamento de Quintana valía una fotuna y la madre había ordenado la sucesión unos meses antes.
Ahora le toca a usted, don Abelardo.
Sé que me escucha, aunque del susto que le causé - o tal vez fue la impresión del encuentro- cuando me vio en el umbral con el arma en la mano, se desmayara. Cuando se despertó ya tenía todo cocinado, no se haga el distraído. 
Igual no me voy a arriesgar a quitarle la mordaza ni las esposas, no se crea. Y por las dudas, traje el gas paralizante en la cartera, no vaya a ser que despierte y me arruine el crimen con pedidos desesperados de auxilio.
Si me llegara a descubrir alguna vecina no me preocupo, porque la semana que viene cumplo setenta años (igual que la edad de Matilde, "como si fuéramos de la familia" y me daba un ramito de olivo con un beso para Pascuas), ¿dónde andaba? ah... sí... le decía que la semana próxima cumpliré setenta años y como no tengo que dejarle nada a nadie, porque Dios no me dio hijos, ni el diablo sobrinos, ni amigos tengo, y más que otra cosa lo que no tengo, fuera de los libros que ayer doné a la Biblioteca de la Iglesia, es una casa de herencia.

A los setenta, la gente como nosotros no ignora que si caigo (pero tengo todo parejo y sincronizado) me darán arresto domiciliario si averiguaran la maniobra (ya ve que de algo me sirvió leer los policiales puntualmente), pero si no lo hacen, me moriré pronto pronto en la villa, porque llegará el invierno en menos de lo que canta un gallo.

Ahora, permítame.
Voy a proceder con usted, don Abelardo.


18 de junio de 2007

LLANTO












LLANTO

"Duración del llanto: tres minutos".
Instrucciones para llorar.
Julito



"...la inocencia del manzano
y el ciclo vital de la serpiente".
Raquel".





¿Existe una manera redentora de llorar?,
¿una duración del llanto?

La lágrima se evapora, el llanto permanece,
sigue dentro
obligándonos a sonreír ante el olvido
inventando excusas de tinta china y papel de calcar,

para la eterna paradoja que es la Vida.




(Siempre se llora por uno
y se ríe por la misma categoría inversa)
---















Perteneciente al libro "Retablo de duelos", cuya foto de tapa (del artista fotográfico Juan Carlos Villegas) ilustra el poema.

17 de junio de 2007

RÉQUIEM.








RÉQUIEM.
Inspirado en la obra homónima de Mozart.



Para Angelita.



Espíritu de ángel;
yace en lo oscuro
tu boca de pared atormentada.
Tu brazo entre las fauces del infierno,
tu miedo implorante y desgraciado.
No grites,
que el silencio no es la tumba;
regala la impiadosa verdad
de tu garganta
y desprecia estas tierras amarillas
con inocencia de recién llegado.
Vivirás hasta la próxima frontera
entre la arena,
que no muere el alma en los límites
cuando de este lado
alguien te nombra,
alguien te ama.
Tu ida es el principio de otro viaje
y mientras quedo aquí,
desguarnecida,
seguirá lloviendo en la trinchera
el fuego de otra guerra,
siega inútil.
La lengua de los hombres
no nos habla
si el paso no te abarca en la partida;
y son música el réquiem y los salmos
que en tu carne impaciente
hoy se instalan.
Se cierran otros ojos con los tuyos
y las aves donde van llevan mis lágrimas.











Poema publicado a modo de "Prólogo" en mi libro: Acuario Plateado por la Luna".

16 de junio de 2007

LA PALOMARIEGA







Muchacha al pasar-
El ¿boceto? se debe al talento -tirando a inmenso-de Henri de Toulouse-Lautrec (Francia, 1864-1901).






LA PALOMARIEGA.


Una muchacha al comenzar a vestirse
no está desnuda,
está presa.
Inútil es negar el desconcierto
de la lente
que imprime en un boceto
su estertor vacío y perezoso.
Heredó la obligación y los pudores,
el temor al qué dirán
y la vergüenza,
el dominio impoluto, las claves
de los ojos anillados,
los senos recelosos
y ávidos labios
de diestros garabatos.
Su torsión pesa
en la incerteza cautiva del mundo de los hombres
que desvanecen en cadáveres
sus congojas;
y en el requiebre de trenzas y de rulos,
esa diadema,
palomariega
hasta el moño,
es
y
seguirá siendo.
“Por supuesto”, dirán los generales,
“Bello ajuar”,
las damas de la Corte.

15 de junio de 2007

CAFÉ HOMERO





Café Homero
(sin_maquillaje).
(tango)



Nostalgia de algún trago;
una luz tenue y ocre;
un sabor demorado
preludio de aquel tiempo
con perfume a naranjo.
Hoy las horas perdidas
de noche sin espanto
entrelazan fantasmas,
con aliento a sobaco.

Café Homero, en la esquina
del invierno, en la cueva,
que escondió a Jesucristo,
vas detrás de mareas
embebidas en fuelles
de jesuitas en pena.
Sos más fiel que una ruina.
Sos café y sos iglesia
que el porteño venera.

Al sur de la ventana
la colmena está abierta
en las fauces del Plata.
Tanguito de entretelas,
por el bosque del rico
en pastel de la cena
se escuece la tristeza
que condena a los pobres
de arrabal y moneda.

Café Homero, en la esquina
del invierno, en la cueva,
que escondió a Jesucristo
vas detrás de las mareas
embebidas en fuelles
de jesuitas en pena.
Sos más fiel que una ruina.
Sos café y sos iglesia
que el porteño venera.

MATE









MATE.




Mate.
Espuma verde
de yerba lavada,
en el Río de los sin Plata.




14 de junio de 2007

EL QUIJOTE EN LA POSMODERNIDAD.




EL QUIJOTE EN LA POSMODERNIDAD.


Uno no debería explicar sus palabras
Y sin embargo... vive haciéndolo:


Lo malo del Quijote es
que es un libro demasiado largo
y la gente ya no tiene tiempo
para tantas letras
ni ganas de poseerlas,
devorarlas,
hacerles el amor
e hincarles el diente,
con gracejo castellano.

Prefieren el cine comercial,
los videos de entrevistas zip
y los ci-dís piratas.
Adoran a los diferentes demasiado iguales,
para ergotizar pantallas de cine,
antes que a ciertas mujeres y hombres reales.
Prefieren los colchones vacíos a las camas llenas,
las Playboy a los libros filosóficos,
los obituarios a la poesía,
los Shoppings a radio Cultura
y los anillos de brillantes
inconmensurables,
a los de pedido de mano.

Lo malo del Quijote es
que los locos
no marchan a luchar contra molinos de viento,
sino a bombardear Irak.
Y eso vende más diarios,
que ejemplares de
vidas de ingeniosos hijosdalgos,
y las corresponsales de guerra,
desesperanzadas,
se casan con príncipes que las apadrinan
-por si aun fuera poco
¡Dios salve sus almas!-
y todos sonríen para la foto
de bodas, de beneficencia
o rancio protocolo
e inauguran academias
y páginas web a las que llaman
Cervantes, orgullosamente.






13 de junio de 2007

EL OMBLIGO DE LA TARÁNTULA.



La obra es Nude Sitting in an Armchair de 1926.
Henri Matisse (1869-1954).




EL OMBLIGO DE LA TARÁNTULA.



“En su zócalo escribiría injurias
Y el nombre de mi peor enemigo.”
Robert Desnos.



Con pómulos sudantes,
con pechos alcalinos,
la viuda del amor
esparce sus contornos al amante.
Discípula de Desnos
ante Eros,
hija astral de la tiniebla perfumada,
su cuerpo redundante
de mujer tarántula
aguarda en las estrellas su equinoccio.
“knocking on heaven’s door”
preñando luces su ombligo cimbalista
y en sus piernas maduras
los años que aún quedan por gozar
se espantan.
La picadura de la araña
del veneno melancólico
que solo evanescerse puede
al esfuerzo agitado
de una prosopopeya imaginaria,
accidentalmente,
la prejuzga, la empeña y la oriflama.



Sabina imitando a Matisse en su libro Garagatos

12 de junio de 2007

A VECES PASA.


A VECES PASA.



A veces, pasa.
En el sopor de los domingos
quedo a solas con tu voz de verbo inconjugable,
como una coraza de rémora marina,
de cara al sol,
la herida impostora abierta,
la epidermis arrebatada.

A veces, pasa.
Suena el teléfono.
Llamada de Larga Distancia,
-larga y amarga distancia-
en el escondido túnel de mi alcoba.
Castigada, al instante,
la bestia que acosa a la soledad
huye.

A veces, pasa
que tus palabras son arcones con semillas
y fervor de primaveras
que hacen crecer amapolas en la cicatriz;
tientos de hendido entrecejo,
llamas terrestres, vaporosas, masculinas,
en las aguas profundas
de mi irremediable pasado.

Y pasa, también,
inexplicable, tu nombre,
que se hace espasmo
ante la sombra de la sombra de Venus
fatigada de ruidos y adjetivos,
vagabunda por tugurios angustiados
buscando rastros en las chispas,
malamente derrapadas,
de un desencanto envolvente
que acaba en silencio.

11 de junio de 2007

LA SEÑORITA MANIATADA





-Melancolías de Princesa.

(Para Vanesa Soledad, madre de su padre y poeta de 17 años, que me prestó el título y algún verso)

¡Pobre señorita maniatada!
Se encuentra en una farmacia
presa de furia,
cautivo su cuerpito
abandonado a la nave de los sueños
y milagros
reclamando su dosis
de libertad.

Afuera espantapájaros
ocres y verdes
con la boca despintada
por el lápiz de la opulencia
hieden a alcohol de quemar
y fraude.

Ella sedienta de belleza
-sólo por hoy la esperanza es gratis-
no sabe que la pesadilla
acabará en ironía,
recovecos donde se guardan
expedientes cosidos a mano
y cristales rotos
por balas de plomo.

La chusma tendrá de qué hablar
mirándose al ombligo.

¡Pobre señorita maniatada!

Su voz no tiene eco
igual que ella no tiene sombra
es melodía en el lienzo
de pintores sin manos.
Su silencio echa en cara
su descontrol,
la ingenua avidez,
su ira no negociada y demoníaca.

Cualquiera puede caer en la tentación
-Maslibranosdetodomal-

En el guión de los héroes ladrones
no figurará su desmoronamiento
ni su antípoda
en las cumbres de luz
porque
una farmacia es una farmacia
y con la legalidad no se jode.


9 de junio de 2007

BANDERA ARGENTINA.





¿Será por los colores de la Virgen?
¿Será porque es el cielo en la mañana?
¿Será porque es pasión de multitudes
si en la cancha la vemos desplegada?

¿Será, tal vez, el sentimiento patrio
conque aprendimos en la escuela a amarla
y en Guerra de Malvinas la lloramos,
cortada entre los surcos de las balas?

Motivos no nos faltan, argentinos,
de sentir el orgullo de portarla,
escarapela afónica en el pecho,
enhiesta roca al corazón clavada.

II-

En la aurora fuiste águila guerrera,
viva llama que el deber enarbola,
en pasado, en presente y en futuro,
refundaste la Patria en cacerolas.

Bandera, modorrita dormilona
del Río de la Plata, de Misiones,
en zona de altiplanos y de sierras,
de pampas y de vientos hermanados.

A zarpazos, despierta el sentimiento:
el Sur es nuestro Norte, terco signo,
nuestra mirada amante y respetuosa
te sigue y te comanda en esta empresa
de ser pioneros de una Tierra Santa,
donde habitemos todos,
los ellos y nosotros,
los de enfrente,
sin miedos, sin prejuicios, sin tristezas.

PALABRAS TIRADAS A LA RIBERA.




PALABRAS TIRADAS AL EL RÍO.




Palabras y recursos,
gaviotas sagitarios.
Fronteras del silencio en la tinta indeleble.
Buenos Aires de espaldas. Ciegos en la ventana
estremecen la tarde de heraldos y de crímenes.
Y una tenue esperanza que hiere los jazmines
con balas de soldado. ¡Ay, soldado!, cercanas.

Voces del pueblo intrépidas,
en libertad, sonoras en lanchas y en guirnaldas.
Vuelves los ecos. Vuelven
y ametrallan.

Poesía del canto, sin rumores de playas.
Ciudades en peligro.
El río lleva a cuestas, suciedad de pupilas,
sus costas mal queridas, escritorios de aguas,
crueldad obtusa y contaminada.

Un ojo en la tormenta de hedores pavorosos
les invade la siesta.
Inflamables las almas. Inflamable la Villa.
Otra vez, desconchadas.

¡Ay, soldado! Tus letras
matarán más que bombas,
golpearán la vergüenza de mafias pandilleras,
señalando,
enjuiciando,
las bocas negras de egoístas coimeros.

Estoy destinada a verlos
crepitar en su fuego,
arder en los rescoldos de una carta violenta,
porque ha llegado el día del repudio y la injuria
que lastima el honor del sucio perfumado
en importadas promesas.

La Justicia en las manos
revuelta desespera.

7 de junio de 2007

NO TE SALGAS DEL MARGEN





(foto recogida del blog de Cristina Civale)


NO TE SALGAS DEL MARGEN.




No te salgas del margen.
No inventes nada.
Si te aprieta el pecho,
escupe la bilis.
Si te duelen los ojos
gime en la oscuridad.
No insistas con caprichos.
No engordes la huella de tu sombra
en el suelo.
Repite las palabras
que antes otros usaron
como si fueran una creación genial
y tuya.
No fumes o fuma como si no fumaras.
No amargues el destino de tu prójimo
con furia incontenta.
Mantén la frente alta,
el orgullo bajo,
el pelo siempre brilloso.
Levanta los premios que te has costeado
con la mano izquierda,
-con cara de sorpresa-
para que todos crean que
la alegría brota de tu corazón.
No olvides usar corpiño:
nada mejor que un buen sujetador.
Llama a los parientes por el cumpleaños.
No uses escarbadientes en público.
Mejor aún, no uses escarbadientes.
Defiende el derecho de los perros,
pero no olvides luchar contra las plagas
(si es necesario, mátalas).
No tuerzas la cabeza.
Camina erguido
como un granadero patricio.
Reza por los pecados
de tu prójimo y oculta,
con cinismo y esmero, los tuyos.
Lústrale los zapatos a tu rey.
Confía en tu horóscopo,
en tu carta astral,
en la borra del café
y en las grafologías.
Niega el exabrupto,
la pasión y el oleaje de los sentidos.
Recoge las fotocopias del piso.

Y si todo esto
que te digo,
no alcanza para que seas
un perfecto imbécil,
continúa como hasta ahora...
Vas muy bien.

6 de junio de 2007

EL DESAFÍO ERA LA MANZANA VERDE.


EL DESAFÌO ERA LA MANZANA.



El desafío era la manzana verde
que la constancia perpleja
jamás soñó.


No importa si un rumor áspero
rodea las olas
cuando el espíritu reflexiona
sobre los motivos del renacimiento
entre las quejas métricas.


¿Tendría fe?
La cuestión como llave
que lo ingresaba a un nuevo perfil
de simultaneidades,
igual que el vino denso
de una persistente borrachera.

¿Tendría fe?

5 de junio de 2007

PIQUETEROS.




PIQUETEROS.



El piquete se fortaleció en un cuadro
del Cáucaso o del ocaso, acaso.
He venido a vencer al indigno,
he alterado las reglas del fracaso.
No blasfemo si reclamo mis derechos,
mis torcidos, mis inclinados huesos.
Abundan los oropeles en el cementerio.

Felices matrimonios fuman Marlboro
y van jugando su vida a las apuestas de caballos
para perder, siempre perder,
(a la luz de un mundo propio,
que no supieron inventar)
hilvanes desdichados, en hilachas,
orgánicos anorgásmicos a los postres,
vinos en odres podridas,
atardeceres más rotos que excluidos
y parcelas con influencias de radionovela,
en los alambicados destinos de los polizontes
de aquel barco japonés que robaba peces
de los mares argentinos.

4 de junio de 2007

LA PALETA DE COLORES






LA PALETA DE COLORES.


La paleta de colores de tu lengua
es el móvil que me acerca a tus entrañas;
tu decir es una fuente que no mengua
los relatos de fotografías extrañas.

Candelabro de siete brazos, tu idioma,
milenario testigo de religiones,
el lenguaje con que inventas el aroma
de Sodoma y Gomorra en oraciones.

Nunca un ademán supo zaherir tan hondo
el macondiano espíritu del profeta,
como ha logrado el sonoro cante jondo
extasiar mi pasión de anacoreta.

El nombre de la cosa más entredicha
se vuelve luz enredada en tus alientos
más espurios que los tonos que encapricha
la palabra tenue, en sentenciosos vientos.

Víctima final de tus labios conjuro
no oírte rezar sobre las catacumbas,
ni anegar el altar del creyente puro
que viaja a lomo de bailes de macumbas.

Porque tu voz es voto, son y consuelo,
destello de las nubes del peor pasado,
flecha al corazón desde donde yo vuelo,
súplica de un presente aletargado,

razón del engaño, tiranía, duelos,
paisaje de un amor estigmatizado,
pañuelo del sudor, alivio de celos,
visita el Norte de un sino enamorado.

3 de junio de 2007

NIÑA DE AZÚCAR CANDE.





(http://www.underconstructionhome.net/underconstr_venice/fotos_prensa.htm - Press and photos: Achot Achot)



NIÑA DE AZÚCAR CANDE.


La mujer de agua antes de ser sílfide fue niña de azúcar cande (cristalizada y dulce).

Supo jugar con cañitas voladoras y vandálicos soldados de plomo, que conseguía con modosas estrategias infantiles.

Perseguía cardenales con red y los instalaba en pompas de jabón, para escándalo de madres solteras y sacerdotes del tarot.

Las niñas de azúcar cande se derriten bien fácil, como las celdas de los prodigiosos pájaros que atrapan.














(Prosa extraída del Libro "Acuario Plateado por la Luna"), publicado en el año 2006, en una pequeña tirada de edición de autor.

2 de junio de 2007

ODA A LA LAVADORA AUTOMÀTICA




ODA A LA LAVADORA AUTOMÁTICA.



Oh, diosa del Olimpo de la Casa.
Noble chicharra.
Luchadora* incombustible.
La Brigada de Mujeres Impacientes
te saluda
y da las gracias,
con voz trémula y vergüenza
por tu Linterna mágica.
No sea cosa,
que el lírico poeta
emblemático y brillante
diga ominosa
esta oda de amor y reverencia.
Centinela en metal,
libertaria de “zíngaras”
en la siesta.
Si es lícito compararte
al fiel cordero,
al marido amante,
te comparo
y que engulla el mezquino piletón
sus miserias,
su eco de pavor.
La libre expresión de
las paganas,
femínidos grumetes manifiestos,
sea el Numen,
que el servicio que prestas
nos regala
a la grotesca inercia
de gaviotas
de avatares cotidianos
y laureles.
Te redimo y corono,
humilde bienhechora,
dispuesta a acompañarnos
en el tramo bizarro
de las vidas,
que cóncavas en tu tambor
se exhalan.


Gladiadora.

1 de junio de 2007

A UN UMBRAL DE LA CALLE ZEBALLOS



En un umbral de la calle Zeballos
alguien dejó un zapato de cuero negro,
de mujer, casi nuevo, con un taco roto.


Un solo zapato.


¿Qué hacía allí un solo zapato de cuero negro,
de mujer, casi nuevo, con un taco roto,
sentado en ese umbral,
esperando, esperando...?