1 de junio de 2007

A UN UMBRAL DE LA CALLE ZEBALLOS



En un umbral de la calle Zeballos
alguien dejó un zapato de cuero negro,
de mujer, casi nuevo, con un taco roto.


Un solo zapato.


¿Qué hacía allí un solo zapato de cuero negro,
de mujer, casi nuevo, con un taco roto,
sentado en ese umbral,
esperando, esperando...?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ay Lucía, Lucía, me extraña de usted.
Era el zapato de La Cenicienta.
Lo del taco roto debe ser una licencia poética. Yo que usted me lo hubiera quedado, por ahí me traía suerte.

Anónimo dijo...

tiene arreglo.., lucia.
tiene arreglo..
esperar deriva de esperanza?
falta mucho caminar...
"tienes por bién llorado, lo llorado, por bién reido, lo reido, porque lo que el árbol tiene de florido..., víve de lo que tiene sepultado"
el zapato es "nuevo".
el zapato no es ningún "zapato".
Quienes te quieren lo saben.

Luci dijo...

Agradezco a vill_gates y cristian iszczuk sus alentadores comentarios a un poemita simple, que nació un frìo dìa de invierno, en que caminaba por la calle en que vivo y nacì (Zeballos, en Avellaneda) y se presentò esa imagen real ante mì, con una claridad lumìnica que muchos transeùntes no alcanzaron a ver y asombrarse porque los trajines diarios muchas veces nos impiden esa posibilidad.

Ahora me encuentro mucho más ocupada que entonces y rara vez, aparece un zapato de cuero negro,
de mujer, casi nuevo, con un taco roto en un umbral.

La magia requiere contemplaciones y la supervivencia exige ir dejàndolas de lado.

Mirar es un lujo. La Poesìa, un privilegio, en paìses como el nuestro.



Lu.

Luci dijo...

Ay, me olvidaba.
Lo del taco roto no es licencia.

Aquel zapato estaba ahì recordàndome que la espera era absurda.

(Los tacos de zapatos se rompen con facilidad cuando se los usa como martillo, por ejemplo).