5 de agosto de 2007

OBRA SOCIAL.



Picasso.


OBRA SOCIAL.


En un remoto sitio de la imaginación
se alojan las ideas propias,
las precursoras,
las que cambiarán el mundo de raíz.
Millones de personas
las reproducen y habitan.
Cuentapalabras.
La creación verídica
asusta al más pintado.

Por eso,
cuando una idea exagerada irrumpe,
debemos suavizarla
pensando en el francés
que habló de domesticar al zorro.
Domesticar ideas no es distinto.
Significa quitarles su aire.
Amaestrarlas. Que se esfume
su vuelo vergonzoso
y la mirada poética del caos.
Hacerla callejera, predecible,
con un rasgo apenas peculiar,
innovadora,
para que aletee original y auténtica
y etérea.

He blasfemado tantas veces
contra los infames salteadores del camino,
tratando de magullar inútiles caireles
de la poesía moderna.

Y sin embargo, aceptémoslo:
La transgresión tiene sus límites.

Ahora, nos toca autorizar los bonos
de la Obra Social del Poeta,
y sujetarme al turno,
a los saludos forzados
a la señorita que atiende;
extender la mano a los desconocidos,
y que dedos y metacarpio sonrían
para ser alguien en el vacío
que respeta latiguillos decadentes,
como si fuera fácil,
y nunca hubiera pasada nada,
mientras del lado opuesto del mostrador
nos susurran:
"Esto es lo que hay"
y a resignarse.






4 comentarios:

Anónimo dijo...

No lo leí, pero yo tengo el mismo cuadro en mi casa, una copia, obviamente. Y respecto a la foto anterior y su post, el koala ha quedado muy desprestigiado por culpa de la Marengo.

Luci dijo...

Pero si uno no lo lee no puede comprender.

¿qué es la Marengo?

Anónimo dijo...

Bueno, que conste que intento, por lo menos. Creo que es una crítica al conformismo de la política actual, no sé, yo lo ví así. Le puse garra, vió?

Anónimo dijo...

¿Quién es la Marengo? Sería, aunque, no, no, está mejor tu pregunta: ¿Qué es la Marengo? Una chica, que no es ni actriz, ni cantante, ni vedette, ni bailarina, ni nada, creo que no tiene habilidad alguna, en fin, pero baila en lo de Tinelli y tiene una canción "La canción del Koala", que con su voz fina e irritante dice "Koala, koala, ya", trepándose cual pose sexual en un hombre, diciendo que también es un baile para niños.