Hèctor, personaje de la Ilíada, pintado por Jacques Louis David.
HÈCTOR YACIENTE.
Héctor yace atado por tobillos,
al carro de la gloria
del Pelida
y en su último aliento
lo maldijo.
Este Cristo invertido y lacerado
nos recuerda lo inútil de su guerra
anticipando el rumor de toda muerte,
vahído y sombra del presente arte,
repugnante negrura
donde el sexo es la abrupta calavera,
la cruz condenatoria,
sabedora invisible
del músculo tensado en la tragedia.
1 comentario:
Puede merecer el verso gay de Estratón de Sardes, que en "La musa de los muchachos", escribió o fingió recopilar:
"¡Salud, mensajero de la aurora, retorna pronto en estrella vespertina, y trámeme en secreto a la que tú llevas!".
(Blog de Marcelo Moreno).
Publicar un comentario