15 de mayo de 2007
Palabras
Sin Poesía no habrá Arte.
Pintores, escultores, bailarines, actores, saben que sin una estética poética (con perdón por el ripio) no hay acción humana posible, por útil que pareciera resultar, que esté exenta de ella.
Porque la poesía es palabra, en su sentido amplio. La palabra es comunicación escrita u oral, pero también es seducción y belleza.
Las religiones identifican a Dios con la Palabra. Y ahí es sinónimo de Creación.
Los habitantes del mundo globalizado, enbuenahora, deberían aprenderlo.
Existe un pensamiento enojosamente oligarca: la cultura es para disfrutar en la intimidad y para los que puedan costearla. A los cerdos, fútbol, morbo y espejitos de colores, para poder timarlos con mayor facilidad.
Por supuesto, estoy totalmente en contra de esa idea retrógrada. Cualquier esfuerzo que realicen las sociedades para salir de la absurda creencia de que una imagen vale más que mil ideas es escaso. Esta simplificación visual debe ser desterrada si queremos vivir en un mundo respirable.
Y ni que decir que los chinos llaman ideogramas a los signos que representan cada término o morfema de su lenguaje. Valoran la palabra como idea a comunicar.
Entonces, aplaudo la posibilidad de llevarla a los subtes, como se lleva la música de instrumentos. El bien decir es música en sílabas, escribía el peruano Marco Martos. Nos complacemos en las armonías, cadencias, ferocidades e intentamos la ciclópea tarea de inteligir más y mejor el sinsentido o la razón de la vida humana.
En este sitio dejo, a fin de colaborar con el proyecto de supervivencia planetaria, sin aspirar a derechos de autor ni a fama inmerecida, mi expresión literaria personal.
¿Cuánta gente visita blogs de este tipo?
Poca, muy poca. Casi siempre la misma minoría.
Si me conocieran por verme dando saltitos en Gran Hermano, un poco más. No mucho.
Si llevamos nuestros discursos a la calle, como los peatones de Sabines o los fingidores de Pessoa, tal vez, no quiero aventurar un probable o seguramente, tendríamos un mundo más solidario, más justo. Recuperaríamos algunos valores, que hemos perdido en promiscuidad ficcional de las relaciones humanas actuales.
Porque la poesía que es un acto de amor, una infinita paciencia, un entretejido inacabable como aquel de Penélope, también es civismo (véase el ensayo de Kovadloff sobre el tema).
Para no dar más lata, quiero copiar aquí /como desquite y consuelo, como es menester/ una canción escrita por mí, hace bastante tiempo (no registrada en SADAIC, ya que eso exige música en pentagrama y tiene un costo económico que si no la canta algún apadrinado por las discográficas más fuertes, será de y en balde):
PALABRAS
Las palabras son
como agüita de nieve,
desleídas y breves.
Las palabras que huyen,
diezmando los desiertos
del valle de los muertos
son faldas de mujer
con sus medias de seda,
caprichos en la greda,
consuelos del placer;
elipsis de los gestos
del mundo manifiesto,
tablones, estaciones,
las palabras dormidas
nos sanan las heridas.
Luego dicen que son
banderas del destierro,
cantar del Martín Fierro,
los signos y las cruces,
motivos taquicardias
del ángel de la guarda.
Mentiras acuñadas.
Asaltos, sinrazones.
Desmanes de pasiones.
Hay palabras de alarma,
Palomas en guitarras:
las palabras canciones.
Apenas si suspiran,
susurran, se estremecen,
como niñas pequeñas,
o embisten, palidecen
los peces del estanque,
trigales como flechas
mecidas entre guantes.
Se guardan opiniones,
lenguaje de las señas,
anunciando cigüeñas
adolecen razones
igual que una tormenta
violenta, muy violenta.
Inventan brusquedades,
paradojas, causales,
resucitan edades,
y sobre todo, cuentan
de briznas y abalorios
del vago Purgatorio,
igual que las verdades
que hostigan vanidades.
Embriagan los colchones,
asustan corazones,
incordian los conventos
de brujos de descuento,
la barca de Caronte,
el fuego de Anacreonte,
manías del invierno.
Incienso del Infierno.
Las palabras escritas,
pañales de bolsillo,
son cerillas lejanas,
cabañas, espejismos
y mientras mansamente,
palabras son palabras,
enrojecen la mente
del juego de uno mismo.
18 comentarios:
Palabras y no fonemas.
¿Ves que terminás diciendo con tus poemas lo mismo que no te gustó que yo te diga de la la la?
Pero ese comentario de Palabras no es parte del poema.
Al fina, mi querido, no entendí tu queja. Si me lo aclarás mejor.
Además, (lo leí hoy en un blog y pertenece a Ramón de la Serna, sumamente admirado por Borges):
"Lo cursi abriga."
Ramón Gómez de la Serna, escribía en Clarín sus "Greguerías".Vivió su exilio en Buenos Aires en la calle Hipólito Yrigoyen, en la cuadra del Teatro Empire. Es verdad que lo cursi abriga porque es lo que nace del corazón. Pero seguís, mi querida, sin entender las sutilezas.
Poeta sin sutileza, mal te veo.
mmm... explicámelas vos, así aprendo.
(amo la poesía dura de la vida real pero me interesa el submundo lírico para andar curioseando)
"Al final", "interesa -sin acento".
Detesto que los comentarios no puedan corregirse.
Asi que el de la lírica era un submundo.
Mirá vos a qué playas nos llevó el realismo socialista.
Claro que es un submundo de subcomantes.
Igual amo a esa caterva de miserables que se arrogan el derecho de decir quien es quien en la poesía, y que mis poemas son realismo socialista (porque no son sólo eso, apenas esta serie de premios consuelo lo son).
Vos leiste "Retablo de duelos" y algún día comprarás el "Acuario Plateado por la Luna" si es que no tengo tiempo de subirlo a un blog porque tengo que trabajar duramente como todos los honestos de mi país.
¿Qué será "subcomantes"?
Tus poemas no son realismo socialista, tus opiniones ("amo la poesía dura de la vida real pero me interesa el submundo lírico para andar curioseando") si lo son. Yo no digo quien es quien en la poesía, no tengo entidad para ello. Sí puedo ejercitar el derecho de opinar acerca de lo que leo.
Espero poder comprar "Acuario Plateado por la Luna" y no pongo en tela de juicio tu honestidad ni tu capacidad de trabajo. Solamente estoy hablando de lo que leo.
Como colofón un acuerdo contigo: tus poemas son mucho más que realismo socialista. Cuando no desbarrancas en la intolerancia eres una muy buena poeta.
Como no contestas los mails que no te gustan te escribo otra vez por este medio.
Cariños
No entiendo la crítica literaria. Es una materia que está fuera de mi alcance. No distingo a un estructuralista de un simbolista, y menos que menos a un realista socialista de un romántico.
Pero tengo oído absoluto para la Poesía, como otros tienen oído absoluto para la música.
El poeta y el crítico son especies distintas. Tanto mejor. Menos competencia para la posteridad.
Alguien puede escribir poemas magníficos (no estoy hablando de mí, sino alguien) y no saber en qué estilo lo encuadrarán los mandamases de la Literatura.
Me guío más por el instinto que por las reglas preestablecidas y, generalmente, no me equivoco.
Gracias muchas por tu paciencia infinita.
¿Qué será subcomantes?
Subcomandantes del ejército de Gabriel García Márquez.
Averiguá quien es (no me refiero a su parte de escritor premiado por las novelas del realismo mágico inspirado en las antiguas mitologías).
Acabo de copiar este texto y la canción Palabras en los comentarios el blog de Marcelo Moreno, del diario Clarin.
Saludos.
No tengo donde averiguar algo tan difuso como lo que insinúas (ni siquiera lo cuentas).
¿No me lo puedes narrar tu?
El comentario de Antilógicas dice:
La eficacia de la palabra para entendernos
Cuando uno anda tan lejos de esas durísimas aunque entrañables pampas, le explican, aquí en Europa, andando váyase a saber cómo y por qué entre el románico y el gótico, que por entonces ¿épocas medievales en que la instrucción era cosa de poquísimos algunísimos¿ que las iglesias funcionaban como escuelas. A través de imágenes, la Iglesia propalaba su versión de las cosas para que la gente -convencida o convenientemente aterrada- se atuviera a sus mandamientos. Esas imágenes que pueblan los templos tienen un valor pedagógico: contaban aquello que resultaba inaccesible por otros medios que no fuera el relato oral.
Hoy, a profesores, maestros y periodistas también, expertos en comunicación nos viven aleccionando sobre el casi nulo valor de la palabra escrita. Nos cuentan que con los medios electrónicos la imagen es todo y que de poco vale transmitir los sucesos a través del mueble viejo que vendría a ser la palabra.
La cultura visual invade toda la cultura con potencia feroz y casi nadie duda que una infografía es capaz de explicar, mucho mejor, el teorema más pensado, nos cuentan ante nuestro azoramiento. Y en eso andamos como nuestros antecesores del año mil -más que desamparados y a los gritos- que iban a descubrir la historia de la Caída o de la Resurrección.
¿Será que aquella cosa que predicaba Sarmiento de "educar al Soberano" o que practicaban los anarquistas y socialistas -fundaban bibliotecas populares para que las masas se instruyeran-, fueron un rayo de luz que iluminó apenas el siglo XX y punto? Porque ahora se editan más libros que en toda la historia, pero lo que se lee, casi con exclusividad, es Dan Brown, Paulo Coelho o J.K. Rowling. O Wilbur Smith o el Mongo Picho próximo a inventar, todo lo cual nos precipita en un infierno de ignorante liviandad que se emparenta con el analfabetismo de otras épocas.
¿Seguiremos devorando literatura pochoclo mientras nos alimentamos de cultura audiovisual? ¿El siglo XX habrá sido el único que con justicia podrá llevar el nombre de "el siglo de las luces"? ¿Que las letras no sean un espectáculo significará su certificado de defunción?
Los que amamos las palabras hasta la dificultad, creemos en su eficacia para entendernos a través del tiempo y las distancias.Y también creemos que secretamente algún Flaubert está terminando de escribir una nueva "Madame Bovary".
Niña, no me vuelvas loco.
¡Te pregunto acerca del ejército de G.G.Márquez y me contestas con la transcripción textual del blog de Marcelo Moreno!
En lo que dice Moreno, además, estamos de acuerdo.
El Subcomandante Marcos no es una persona física sino una creación ficcional de un grupo de intelectuales escritores y pensadores contrarios al pensamiento neoliberal encabezados por Gabriel García Márquez.
Comenzó su gesta en el año 1994 y ha llegado a fomentar una revolución mediática ocultándose con antifaces y camuflándose en la selva de cemento, tomándome como musa inspiradora de sus luchas reivindicatorias.
Lo descubrí, por mi relación epistolar con J.S., quien se negó a reconocerlo públicamente, y no se me permitió acceder a la mesa de gestiones, pese a que inspiraba con mis teorías muchos de los discursos de estos caballeros.
Es de destacar que al igual que en la masonería las mujeres no pueden superar determinado grado y nunca acceder a la orden de Gran Maestre,
el comportamiento de esta logia secreta es similar.
En mi caso la banda de "los ladrones" o "los miserables del calzoncillo" como se autodenominaban me prohibió todo acceso a la prensa, maltratándome con el concepto de macho cabrío típico de sociedades autoritarias y despóticas tras haberse beneficiado política y económicamente con predicciones y pronósticos míos elaborados en base a conocimientos de la psicología social.
Podés encontrar más información en mi carta "Camas desde un peso" publicada en Rolling Stone de Argentina, mes de febrero, que está disponible en este sitio.
Igual, para creerme, mis afirmaciones tendrían que ser respaldadas por un segmento académico que por el momento se encuentra reacio a hacerlo.
Es una pena.
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