SANGRE, SUDOR Y LÁGRIMAS.Cuando tuve sed,
bebí tus lágrimas.
Cuando sentí hambre,
me alimentaste con tu sangre.
Después vino el miedo
y me cobijaste con el sudor de tu frente.
Ahora que ya nos casamos
¿De nuevo “sangre, sudor y lágrimas”?
¿No me harías un bracito a la parrilla?
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