Picasso (primeras obras).
“La salvación por el asombro”
Roberto Juarroz.
¿Adonde irá desnudo?
¿Dónde está su ropaje?
¿La urdimbre de la tarde tejerá sus vestidos
de silencio, cuadrados por pliegues inocentes?
¿Marchará a su trabajo?
A fuer de las sequías, la tierra cochambrosa,
dará vuelta la copa del plato de comida.
Pero él está sin ropas.
No lleva manto o tela que lo cubra del frío,
del tedio pastoral,
del otoño en piojera,
con la burla del viento puesto a modo de umbela.
La coreografía enseña a ordenar los pasitos,
con regla de sarmiento cabezudo de vides,
con rabia filoxera.
Y tal vez sea cierto,
que si los perros ladran,
y los burros rebuznan,
zurean las palomas,
y el gallo cacarea,
será por ir desnudos de pies a las orejas,
con vergüenza del orbe que les quita las prendas,
como este caballito que enjuga sus molestias,
por ver feliz al niño
-al niño que festeja la niña travesura,
su libertad de niño- y de la mano lo lleva.
El niño desnudo
Sobre la pintura de Picasso Muchacho llevando un caballo
“La salvación por el asombro”
Roberto Juarroz.
¿Adonde irá desnudo?
¿Dónde está su ropaje?
¿La urdimbre de la tarde tejerá sus vestidos
de silencio, cuadrado por pliegues inocentes?
¿Marchará a su trabajo?
A fuer de las sequías,
la tierra cochambrosa,
dará vuelta la copa del plato de comida.
Pero él está sin ropas.
No lleva manto o tela que lo cubra del frío,
del tedio pastoral,
del otoño en covacha,
con la burla del viento puesto a modo de umbela.
La coreografía enseña a ordenar los pasitos,
con regla de sarmiento cabezudo de vides,
con rabia filoxera.
Y tal vez sea cierto,
que si los perros ladran,
y los burros rebuznan,
zurean las palomas,
y el gallo cacarea,
será por ir desnudos de pies a las orejas,
con vergüenza del orbe que les quita las prendas,
como este caballito que enjuga sus molestias,
por ver feliz al niño
-al niño que festeja la niña travesura,
su libertad de niño-
y de la mano lo lleva.
“La salvación por el asombro”
¿Adonde irá desnudo?
¿Dónde está su ropaje?
¿La urdimbre de la tarde tejerá sus vestidos
de silencio, cuadrado por pliegues inocentes?
¿Marchará a su trabajo?
A fuer de las sequías,
la tierra cochambrosa,
dará vuelta la copa del plato de comida.
Pero él está sin ropas.
No lleva manto o tela que lo cubra del frío,
del tedio pastoral,
del otoño en covacha,
con la burla del viento puesto a modo de umbela.
La coreografía enseña a ordenar los pasitos,
con regla de sarmiento cabezudo de vides,
con rabia filoxera.
Y tal vez sea cierto,
que si los perros ladran,
y los burros rebuznan,
zurean las palomas,
y el gallo cacarea,
será por ir desnudos de pies a las orejas,
con vergüenza del orbe que les quita las prendas,
como este caballito que enjuga sus molestias,
por ver feliz al niño
-al niño que festeja la niña travesura,
su libertad de niño-
y de la mano lo lleva.
2 comentarios:
Es un caballo, ya...
Pero el poema me cerraba con un burro.
No sé...
los burros rebuznan,
zurean las palomas,
y el gallo cacarea,
será por ir desnudos de pies a orejas,
con vergüenza del orbe que les quita las prendas,
como este caballito que enjuga
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